1. Tienen células sin núcleo, sin mitocondrias, sin membrana
nuclear y con una pared celular rígida que rodea la membrana plasmática.
Algunos organismos cuentan con una capa viscosa formada por azúcares.
2. Pueden vivir de forma individual o bien, agruparse.
3. Se encuentran en todo tipo de hábitats acuáticos y
terrestres. Incluso algunos hacen del cuerpo humano su “hogar”.
4. Su tamaño es reducido; por lo general miden entre 0.2 y 3
micras de diámetro.
5. Se mueven gracias a la presencia de cilios o flagelos,
aunque algunos son casi inmóviles.
6. Tienen una morfología variada que puede ser redonda, con
forma de tirabuzón o sacacorchos, de bastón y hasta con una forma que recuerda
a las comas (,).
7. Su forma de nutrición es muy diversa, aunque lo hacen de
dos modos básicos: o son heterótrofos o son autótrofos.
Los procariontes autótrofos sintetizan sus alimentos a
partir de sustancias inorgánicas. Los procariontes heterótrofos son saprofitos
si las sustancias se encuentran en descomposición, pero si viven sobre o dentro
de otros organismos vivos son parásitos.
8. Su reproducción es rápida y efectiva. La mayor parte de
los organismos procariontes se reproduce de forma asexual, multiplicándose por
escisión o bipartición. Como tienen la
facultad de hacer esto durante un corto período de tiempo, una bacteria puede
producir hasta un millón de sucesores al cabo de unas pocas horas.
Muchos de estos organismos constituyen un verdadero problema
para la salud de los integrantes del reino Animal. Algunos, como Clostridium
tetani y Clostridium perfingens ocasionan peligrosas y hasta mortales
enfermedades.
No obstante lo anterior, otros seres de este reino son
positivos para los humanos y animales, como en el caso de algunas que viven en
los intestinos y benefician el proceso de digestión.
CLASIFICACIÓN DEL REINO MONERA
En la década de 1970, el reino estaba dividido en dos
dominios: Archaea y Bacteria, y las cianobacterias estaban incluidas en el
reino Plantae debido a su capacidad para realizar la fotosíntesis.
El reino Monera abarca tres tipos de organismos: las
eubacterias, las arqueobacterias y las cianobacterias, también conocidas como
algas verdeazules.
–Eubacterias. Se les llama también “bacterias verdaderas”, y
son aquellas cuyas células carecen de membrana nuclear y contienen un único
cromosoma. En general, cumplen con todas las características antes mencionadas.
De acuerdo con su forma, reciben nombres distintos. Si
parecen bastones son bacilos, si son redondas son cocos, si semejan tirabuzones
son espirilos y si parecen una coma son llamadas vibrios.
–Arqueobacterias. Son organismos sin núcleo celular al igual
que las eubacterias, pero tienen características singulares. Algunos
científicos creen que estos seres deben estar separados de las eubacterias.
Sus paredes no contienen ácido murámico, condición presente
en las eubacterias. Se reproducen de forma asexual mediante fisión binaria,
fragmentación o gemación y además algunas forman esporas.
Son capaces de vivir en hábitats extremos que incluyen
géiseres o cuerpos de agua alcalina. Estos organismos extremófilos se dividen
en halófilos, termófilos, alcalófilos y acidófilos en función de las
condiciones de su entorno: salinidad, calor, alcalinidad y acidez,
respectivamente. Otros científicos las dividen en metanógenos (que generan
metano), halófilos y termófilos.
Pueden constituir hasta el 20 por ciento de la biomasa
terrestre.
–Algas verdeazules. Son cianobacterias que obtienen energía
gracias a un proceso de fotosíntesis pero que difiere un poco del realizado en
las plantas terrestres. Poseen bacterioclorofila y en lugar de aprovechar la
energía solar, usan la de algunas reacciones químicas para elaborar sustancias propias.
Las algas verdeazules son simbióticas y muchas veces se
asocian con organismos eucariontes, lo que da lugar a los líquenes. En términos
generales, se encuentran en todos los hábitats acuáticos y terrestres.
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